Mito
El búho sabio
consejero
Un buen día, las aves de la tierra del Mayab prepararon
un suntuoso banquete en honor de su rey, el pavo real. Todos los pájaros fueron
invitados a la fiesta, y se nombró una comisión especial para escoltar a
Tunkuluchú, el búho.
El búho detestaba esos convites; sin embargo, los
miembros de la comisión, temiendo la cólera del rey, lo convencieron de que,
como gran consejero de la corte, estaba obligado a presidir el banquete.
El rey había reservado un lugar a su lado para el gran
consejero, y tan pronto éste llegó, comenzó la alegre velada: los meseros
pasaban las viandas en frescas y verdes hojas, y ante cada uno de los sedientos
comensales, colocaban pétalos de flores, simulando pequeñas ánforas repletas de
rocío. Poco tiempo después, todos los asistentes, con la excepción del búho, se
divertían a sus anchas.
El búho, no pudiendo soportar la gritería y el
comportamiento de los demás, trató de escabullirse, y fue visto por el rey,
quien lo hizo retornar. Éste obedeció la orden real, pero -posándose en una
elevada rama- le volvió la espalda a los escandalosos y alegres convidados.
El pavo real, creyendo que el desaire iba dirigido a él,
resolvió hacer uso de su autoridad para obligar al búho a tomar parte activa en
la festividad e, inmediatamente, le ordenó que bailara con los otros y uniera
su voz al discordante coro de los allí reunidos.
El búho se sintió humillado con las crueles burlas que le
hicieron las otras aves después de la celebración. Y ni la necesidad natural de
alimentarse ni las súplicas de sus amigos, le hicieron salir de su guarida.
Movido por el deseo de exponer a su rey al ridículo, tal
y como éste había hecho con él, el sabio consejero consultó el libro sagrado de
los Mayas, donde encontró la manera en que el pavo real había engañado al
candoroso Puhuy.
Fue así que el búho invitó a los pájaros de la floresta
del Mayab para una gran asamblea y, al dirigirse a los presentes, se percató
que no podía leer una sola palabra. Entonces, lanzando un grito de desesperación,
dejó caer el pergamino al suelo.
Los días permanecidos en el interior de su morada,
hicieron que sus ojos se acostumbraran a la oscuridad. Ahora la luz brillante
de la mañana lo cegaba. Desde esa ocasión, pocas veces se le ve durante el día.
Su anhelo de venganza contra el rey fue castigado por los dioses.
Leyenda de los aluxes
LEYENDA MAYA Q.ROO MEXICO. En la tierra de los mayas
existen unos duendes. Los llamados Aluxes por eso se tíene una casa especial
para ellos porque son los que cuidan la selva que tenemos.
Un anciano nos contó que para crear un Alux los J’men
hombres sabios o shamanes, preparan con un barro y cada viernes formaban una
parte del cuerpo del duende, similar a la de un hombrecito. Cuando terminaba el
muñeco lo cocía y lo entregaba a su dueño. En los pies el J’men colocaba las
patas de una lagartija para que sus pisadas fueran silenciosas, en las piernas
le ponían carne de venado para ser tan veloces como ellos, el estómago lo
hacían de maíz, su pecho con el corazón de una paloma y de un jaguar, para que
fuera más tierno y tuviera también el valor para enfrentar a los
enemigos. Las manos y brazos llevan carne de mono para moverse con
agilidad. La voz era lo más difícil, pues debía contener todos los sonidos de
los animales de la selva. Los ojos de lechuza para ver en la oscuridad. En la
ceremonia le pedían a los dioses de los bosques, de las aguas, de los vientos,
que le dieran vida.
Nombre del mito: El búho sabio consejero
ResponderBorrarÉpoca: Indefinida
Comunidad: La tierra del Mayab
Valores: Respeto hacia el pavo real
Origen: La causa por la cual el búho no se expone al la luz del dia
Personajes: Buho, Pavo real, Puhuy, Asistentes a la reunion, otras aves